Horas de espera, falta de profesiones y de camas: más protagonistas expusieron la situación del “Ramón Carrillo”
En la mayoría de los testimonios fueron con adultos mayores y en casos de emergencia. Debieron aguardar durante horas en pasillos o fuera del Hospital. A otros los derivaban a clínicas privadas y otros nosocomios por falta de lugar. A ellos se suman dos pacientes que pidieron ver a un cura, pero fallecieron sin poder hacerlo.
Pasaron nueve meses de la inauguración de la obra civil y casi uno desde que comenzó a funcionar en un 100%, pero los vecinos siguen dando a conocer falencias en el acceso a la salud del Hospital Central “Ramón Carrillo”. Inicialmente, los reclamos apuntaban al tiempo que debían aguardar para acceder a un turno con los diferentes especialistas, aunque ahora las demandas son en situaciones de emergencia.
En algunos casos se contactaron con El Chorrillero, a fin de visibilizar los casos que afectaron a seres queridos, y en otros apelaron a las redes sociales.
Rosa Pereyra contó su “mala experiencia” cuando acudió al nosocomio con su suegra con un pre infarto: “La tuvieron horas esperando y nunca la atendieron”.
“No se juega con las personas y más si son mayores”, expresó la mujer y contó que la madre de su esposo de 83 años se encontraba hace unos días atrás “en terapia por negligencia”.
Detalló que todo sucedió el domingo pasado. Ante la espera y falta de atención, desde el Hospital les manifestaron que la llevaran hasta el sanatorio Ramos Mejía, pero volvió a ser derivada al “Ramón Carrillo” porque necesitaba que le pusieran un stent.
“La tuvieron paseando por toda la ciudad. Espero que no le pase a otra persona, algún familiar suyo, estoy defraudada porque siempre tengo mi camiseta por la provincia”, afirmó Pereyra, que más tarde transmitió el fallecimiento de su suegra luego de cuatro paros cardiacos.
Rosario Bruna relató que debió acudir a urgencias alrededor de las 18 porque su cuñada “no daba más de dolor”. Aparentemente tenía problemas en los intestinos, pero no les habían confirmado que cuadro presentaba.
Recién a las 3 de la madrugada del día siguiente un guardia los hizo pasar a una habitación. En las horas que pasaron, vieron personas que se quejaban, reclamaban y otros que optaron por retirarse.
“A mí cuñada le dijeron que iban a ponerle suero y la iban a internar, de las 3 de la mañana la tuvieron hasta las 9 de la mañana para recién atenderla, sacarle sangre y verla. Dijeron que iban a empezar un tratamiento con un suero a las 10 de la mañana y al final no se lo pusieron”, relató.
También comentó lo que vivió otra paciente: “Teníamos una chica al lado que recién había tenido un bebé y se le había reventado la hernia, esperando todas esas horas hasta que pudieron entrarla a una habitación”.
El 1° de febrero, Dayana Yanett Liquitay hizo pública la situación que vivió su familia en el mismo centro de salud.
Detalló que su abuela de 76 años, con diagnostico positivo de Covid-19 fue derivada de urgencia para internación por una “grave infección en el ojo izquierdo”. Añadió que estuvo desde las 11 hasta las 18 esperando afuera en una silla de ruedas “sin poder si quiera entrar al baño y nunca la atendieron”.
“Les decían que tenía que esperar hasta que se desocupara una cama o que nos dirigiéramos al Hospital del Cerro de la Cruz o al Ramos Mejia porque ya no tienen camas”, continuó en un posteo de Facebook.
Ysabel Liquitay también cuestionó la atención: “Da tanta impotencia no poder hacer nada que ni siquiera salieron a verla para ver en qué situación estaba. Estuvimos 7 horas afuera sin recibir ninguna respuesta”
Y además mencionó otros casos que pudieron presenciar en ese momento. “La gente que estaba en la guardia 3 horas esperando para que los atiendan, pobres abuelitos que se acercaban a la ventanilla a decirles que se sentían descompuesto de esperar y les contestaban que tenían que esperar su turno”, describió.
Hugo Gómez fue otro de los vecinos que uso como escenario de descargo las redes sociales. Escribió que estuvo tres horas esperando que atiendan a su mamá, de 84 años, quien se encontraba “con dificultad para respirar donde ya no podía ni estar en su silla de ruedas del gran dolor aparte que tenía”.
“Gente desmayada y ni así atendían a las personas que llegaban en muy mal estado en busca de ayuda, teniendo que salir a buscar ayuda a los de seguridad”, graficó.
El último caso fue expuesto por Fernando Teixido el viernes pasado. Ocurrió en el área de Terapia Intensiva donde un paciente “en un momento de lucidez el mismo llamó a un cura joven para que le diera su última extremaunción”.
Explicó que el párroco recibió otro pedido de una mujer que le requería lo mismo para su marido, quien estaba en estado crítico.
“El padre se dirigió al hospital a cumplir el último deseo de estos 2 caballeros, cuando llegó, que fue en horario de visitas cosa de no molestar a nadie, una de las enfermeras le dice que no podía entrar porque estaban atrasados en unos estudios que estaban realizando”, contó.
Pasaron dos horas y media, y mientras el cura permanecía en el nosocomio, ambas personas fallecieron.
“Si en horario de visitas las personas no pueden acceder a ver a sus seres queridos, ¿en qué momento lo hacen? Y ojo acá no son los culpables los médicos y enfermeros, es fácil si tenés 20 habitaciones en las cuales tenés 40 pacientes, no podés tener 4 enfermeros. Señor gobernador cierre el Hospital Ramón Carrillo hasta no tener el personal necesario para la demanda que tiene la Salud en San Luis”, cuestionó en el posteo Teixido.